No sonamos demasiado convincentes, ni siquiera nos lo creemos nosotras mismas. Sentimos la necesidad de pediros perdón, por no ser adorables, ni perfectas, ni simpáticas, ni agradables, ni interesantes. No somos nada abrazables, ni comestibles, ni siquiera bebibles. Parecemos más bien.. atragantables. Asi es como hablan seguramente muchas personas de nosotras, pero si los que hablan tan mal de nosotras, supieran exactamente lo que pensamos de ellos, creernos, que hablarian aún pero.
Que si, existían personas alérgicas al café y a las nubes pero es demasiado tarde para ponerse a buscarlas, que nadie nos preguntará jamás a que huelen las estrellas.
A helio, del que ponen en los globos que saben volar, las estrellas huelen a verbo, al verbo volar.
esta es lo que me encantaba marinolia
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