Conmigo no tienes que fingir. No tienes que decir nada. Si me necesitas, silba. Sabes silbar, ¿no? Sólo tienes que juntar los labios y soplar. Y yo acudiré a tu llamada.




dimanche 29 novembre 2009

Frágil como tantas cosas buenas

Mis despedidas repentinas e inesperadas, sólo son disfraces de mi fragilidad. Pero tú no lo sabes. No debes saberlo. Y yo…no puedo explicártelo.

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