Conmigo no tienes que fingir. No tienes que decir nada. Si me necesitas, silba. Sabes silbar, ¿no? Sólo tienes que juntar los labios y soplar. Y yo acudiré a tu llamada.




dimanche 28 février 2010

Summer time, please




Es increíble cuando el viento te despeina, y el pelo se te enreda entre los dedos cuando, en un intento frustrado, procuras dominarlo. La arena se te queda pegada a los pies y llenas toda la toalla de ella. La crema de sol, huele tan bien. La piel se dora, el pelo se aclara. El salitre del agua pica en los brazos y en las piernas al caminar, pero no importa, porque estás en la playa ¿sabes? y es algo que no ocurre todos los días.
Cuentas las nubes, buscando formas entre las pocas de ellas que hay en el cielo. Saltas las olas. Entierras los pies en la arena para sacarlos cuando tus dedos rozan la parte más fría de la tierra. Te acaricia la brisa.
El agua está fría y cuentas hasta tres para meterte dentro de una vez por todas. Luego no quieres salir. Hacer el muerto es lo más divertido, hasta que te das cuenta de que la corriente te ha arrastrado hacia el lado contrario de donde estaba tu toalla y tienes que caminar para llegar hasta ella.
Es curioso cómo la gente se queda mir
ando al mar, con cara de añoranza y respeto en parte. Mirando al infinito con una cara indescifrable, Dios sabe qué pensaran.
De repente me descubro con esa misma cara.


Tenemos unas ganas locas de verano, ¿se nota?

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