Conmigo no tienes que fingir. No tienes que decir nada. Si me necesitas, silba. Sabes silbar, ¿no? Sólo tienes que juntar los labios y soplar. Y yo acudiré a tu llamada.
samedi 20 février 2010
Yo me quedo para siempre con mi reina y su bandera,
Llevas años enredada en mis manos, en mi pelo, en mi cabeza, y no puedo más, no puedo más. Debería estar cansado de tus manos, de tu pelo, de tus rarezas, pero quiero más, yo quiero más.
No puedo vivir sin ti, no hay manera (siempre reinarás)
Sabemos que no somos lo que buscais, no somos morenas y no nos gusta el martini con hielo. No somos altas, en realidad ni siquiera llegamos al metro setenta, aunque con tacones altos lo sobrepasamos. Lloramos demasiado, pero somos tan divertidas que en ocasiones os dolerá cada centímetro del cuerpo de tanto reíros. No nos reimos muy a menudo la verdad, pero tenemos una risa tan vital que cuando la oigais estareis siempre al acecho para oírlas otra vez. No sabemos dibujar y nunca nos enseñaron a sonreír, tuvimos que aprender solas. Somos incapaces de estar quietas, hablamos demasiado y nos enfadamos muy deprisa, aunque se nos pasa muy rápido, también. Lo que podemos prometeros es que no os aburrireis con nosotras, os volveremos locos y querreis salir corriendo de lo pesadas que nos ponemos a veces. Os dareis cuenta, con el tiempo, de que somos algo caprichosas y un poco coquetas también.
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